Seis preguntas sobre la “crisis humanitaria” y Venezuela.

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Por Eduardo Wehbe.

  1. ¿Qué es una crisis humanitaria?

La definición de crisis humanitaria presenta ciertos desafíos que es necesario superar para llegar a darle un sentido inequívoco al término. En rigor, además, las crisis son humanas y no humanitarias y son las respuesta a esas crisis las que tienen el carácter humanitario al intentar aliviar las causas que la producen. El concepto de crisis humanitaria es usado comúnmente en los medios y la opinión pública para describir una situación de emergencia en la que es necesario tomar acciones en forma inmediata para evitar perder vidas humanas. De allí que en general se usen en forma indistinta intercambiando los términos crisis humanitaria y emergencia humanitaria para describir una misma situación. Sin embargo, las crisis humanitarias pueden resultar más amplias y extendidas en el tiempo que una situación de emergencia lo que no lleva también a la necesidad de diferenciar su respuesta entre lo que se conoce como ayuda humanitaria de lo que es la ayuda de emergencia.

De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas, una crisis humanitaria está relacionada a situaciones de emergencia, producto de desastres, bien sea por eventos naturales -terremotos, inundaciones y tormentas- o aquellos derivados de conflictos armados de alta intensidad que pongan en peligro la vida de una cantidad considerable de personas. En un sentido amplio, una crisis humanitaria puede definirse como: un evento o serie de eventos que representa una amenaza crítica para la salud, la seguridad o el bienestar de una comunidad u otro grupo grande de personas, generalmente en un área amplia. La naturaleza de los eventos es lo que determina el tipo de crisis humanitaria ante la que nos encontramos: a) provocados por el hombre: es el caso de las guerras y conflictos de tipo político; b) de origen natural: como las catástrofes hídricas o de causas geofísicas; c) emergencias complejas: que son un caso especial en el que se encuentran aspectos mas sostenidos de las anteriores. Cualquier acción internacional tendiente a aliviar el dolor o proteger la humanidad y los derechos de los naturales de un país debe ser aceptada formalmente por las autoridades de un país soberano quienes son los principales responsables políticos de la administración y coordinación de la ayuda humanitaria en función de la autoridad conferida.

La ayuda entregada por motivos humanitarios se define como la asistencia desinteresada que se brinda a las personas con graves dificultades, y nuestra humanidad común es nuestro único vínculo. Esta ayuda debe observar el cumplimiento de los 4 principios humanitarios:

  • Humanidad: Se debe buscar aliviar el sufrimiento humano en cualquiera de sus formas. El propósito de la acción humanitaria es proteger la vida y la salud, y asegurar el respeto de todo ser humano.
  • Neutralidad: Los actores humanitarios deben mantenerse al margen de hostilidades o controversias de naturaleza política, racial, religiosa o ideológica.
  • Imparcialidad: La acción humanitaria debe darse exclusivamente según la necesidad, sin distinciones de nacionalidad, raza, género, creencias religiosas, clase o posturas políticas.
  • Independencia: La acción humanitaria debe ser independiente de los objetivos políticos, económicos, militares, u otros que pueda tener un actor en áreas donde se despliegue una acción humanitaria.

2. ¿Cómo y quién declara la existencia de una crisis humanitaria?

Como única autoridad reconocida dentro de sus fronteras, los gobiernos locales tienen la responsabilidad y autoridad para satisfacer las necesidades de sus sociedades. En el caso de que las circunstancias extraordinarias llevan a que las capacidades locales sean superadas en razón de una crisis en la que la vida de los nacionales está en inminente riesgo, los gobiernos pueden aceptar o solicitar la asistencia de otros Estados u organizaciones pero ésta no puede ser impuesta ya que, sin importar las intenciones, el envío de ayuda a otro país sin previa solicitud o invitación puede ser considerado un acto de fuerza similar a una invasión y una violación a los convenios internacionales. De esta manera, la emergencia por crisis humanitaria es anunciada por los máximos responsables políticos de un país en función de las evaluaciones realizadas sobre el terreno quienes pueden solicitar la asistencia internacional de agencias y organizaciones especializadas. El pedido de ayuda internacional dispara una serie de protocolos de intervención en todo el sistema humanitario a partir de las agencias especializadas y los representantes en el país.

Sin embargo, la declaración de una crisis humanitaria de cualquier tipo tiene implicancias políticas y la mayoría de las veces económicas. Es por eso que el reconocimiento de la existencia o no de una crisis humanitaria tiende a responder en muchos casos más a criterios políticos que a criterios objetivos. Existen diversas razones por las cuales un gobierno puede rechazar la existencia de una crisis humanitaria en su país aunque ésta tenga lugar, por ejemplo: el costo político de asumir que necesita ayuda externa para lidiar con una situación, la crisis humanitaria afecta a un sector de la población caracterizada como opositora al gobierno, la ayuda externa se percibe como una injerencia en los asuntos internos del país. Haciendo uso de esa facultad, hay una gran cantidad de ejemplos en los que organizaciones humanitarias tuvieron su acceso bloqueado o fueron expulsadas por los gobiernos locales mientras participaban en la atención de víctimas de una crisis humanitaria.

En los casos en que hay pruebas determinantes de que una crisis humanitaria está en ciernes de acuerdo a criterios internacionales que tienen en cuenta el riesgo en la provisión de alimentos, los desplazamientos poblacionales internos y personas refugiadas asistidas, su escala, complejidad, urgencia, etc. el sistema humanitario que conforman las agencias de la ONU y todas las organizaciones abocadas a la ayuda humanitaria, levantan la voz y presionan sobre las autoridades locales e internacionales para atender a las poblaciones en riesgo. El prestigio y el poder discursivo de las organizaciones internacionales es clave en este proceso.

En un extremo, cuando están en curso violaciones sistemáticas a los derechos humanos y el Estado está faltando a su responsabilidad de proteger a sus nacionales, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas puede autorizar en forma excepcional el despliegue de Fuerzas de Paz para detener el proceso amparado en el criterio de la “responsabilidad de proteger” que tiene la comunidad internacional sobre las poblaciones en riesgo.

En consecuencia, la asistencia internacional se da en apoyo a las autoridades nacionales y mediante solicitud, sin importar el requerimiento de respuesta inmediata por parte de las organizaciones internacionales.

3. ¿Qué sucede cuando se declara una crisis humanitaria?

La respuesta a una crisis humanitaria dispara una serie de acciones dependiendo del tipo de crisis, su magnitud, alcance y urgencia. Para los casos de emergencia, existe una calificación internacional de 3 niveles que lleva adelante la agencia especializada de la ONU:

  • Emergencia de Nivel 1 (L1): los recursos nacionales e internacionales al nivel del país son suficientes para la respuesta y no es necesaria ninguna asistencia externa.
  • Emergencia de Nivel 2 (L2): algún tipo de asistencia internacional es necesaria ya sea a nivel regional o internacional.
  • Emergencia de Nivel 3 (L3): se trata de una crisis humanitaria de importancia que requiere la movilización de todo el sistema humanitario

A pesar de que históricamente muchos países han solicitado asistencia internacional “general” en casos de desastres naturales a gran escala, recientemente los países han preferido gestionar sus propias crisis mediante el control directo de la asistencia internacional.

Con el objetivo de coordinar la acción humanitaria entre todos los actores de manera de utilizar de una forma más eficiente los recursos, desde 1991 Naciones Unidas ha desarrollado agencias especializadas y protocolos encabezados por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). Esta Oficina es responsable de asegurar que la ayuda humanitaria se planifique y ejecute de una forma vinculada a la rehabilitación y al desarrollo a largo plazo de las áreas afectadas por las crisis humanitarias. En estos casos, el Coordinador Residente o el Coordinador Humanitario de las Naciones Unidas aún pueden pedir apoyo específico de OCHA, incluyendo un equipo UNDAC (Evaluación y Coordinación de Desastres), para aumentar las capacidades del país. La comunidad humanitaria internacional, ya sean las agencias de la ONU u organizaciones no gubernamentales (ONGs), todavía pueden tener un papel relevante gracias al apoyo directo a sus asociados, promoción o intercambio de información.

Así, a la respuesta inicial del Estado, el concurso de las agencias de la ONU implica la puesta en práctica de protocolos de asistencia previamente establecidos donde el Estado aprueba y colabora en la factibilidad y el resto de instituciones que forman el sistema humanitario son parte de un plan de asistencia. Para casos de necesidad de asistencia inmediata, las agencias de la ONU disponen del Fondo para Respuestas de Emergencias (CERF). Típico de este tipo de intervenciones son las emergencias por desastres naturales.

En otros tipos de crisis como las producidas por el hombre, el caso de guerras y/o desplazamientos masivos de población, entran en consideración también otros factores de mediano y largo plazo en una dimensión que va más allá de la provisión de bienes materiales y alcanza a acciones de protección de derechos fundamentales a través de acciones de advocacy, lobby o el testimonio. En general al complejo de todas estas acciones es lo que se llama acción humanitaria.

La ONU define a la acción humanitaria como un conjunto diverso de acciones de ayuda a las víctimas de desastres (desencadenados por catástrofes naturales o por conflictos armados), orientadas a aliviar su sufrimiento, garantizar su subsistencia, proteger sus derechos fundamentales y defender su dignidad, así como, a veces, a frenar el proceso de desestructuración socioeconómica de la comunidad y prepararlos ante desastres naturales.

4. ¿La acción humanitaria puede constituirse en una forma de injerencia en un país soberano?

La ambición por influir en el desarrollo de la política de otros países a favor de sus propios intereses es una constante en un sistema internacional anárquico. Los medios para conseguirlo han sido diversos y han ido variando con el tiempo yendo desde el uso de medios bélicos o duros hasta un sin fin de opciones blandas en otro extremo del continuo que incluyen presiones diplomáticas formales, bloqueos y sanciones de tipo económicas, presión política ante organismos internacionales, acciones de desprestigio en la opinión pública internacional entre muchas otras posibles. Una característica central es la aspiración de legitimidad para ellas desde un motivo justo para llevar adelante una guerra o intervención militar hasta la anticipación de un daño o la inhabilidad moral. La asistencia humanitaria cuenta con la ventaja de ser considerada una acción noble y es una fuente de atracción para su utilización ya que no necesita en sí misma legitimación en la opinión pública internacional.

La historia registra a la asistencia humanitaria en tiempos de crisis como un vehículo para la injerencia en un país soberano más de lo que esperamos a través de acciones directas o como pretexto para lograr una ventaja política que nada tiene que ver con las necesidades humanitarias. Aún más, la declaración de una crisis humanitaria puede estar motivada por la pretensión de injerencia en los asuntos internos de otro país cuando no existen las condiciones objetivas para calificar a la crisis como humanitaria.

Algunos casos notorios en la política internacional en los que la ayuda humanitaria fue usada para fines políticos más allá de las necesidades de la población cuentan a la asistencia de las fuerzas de la OTAN en Afganistán luego de la expulsión de los talibanes en 2001. El caso de Afganistán es paradigmático por varias razones: la ayuda era entregada a cambio de información sobre la localización de combatientes condicionando la asistencia a las poblaciones; la ayuda humanitaria era distribuida por los soldados entorpeciendo la inmunidad dada a los trabajadores humanitarios por el Derecho Internacional Humanitario y poniendo en riesgo su vida; las organizaciones de ayuda humanitarias fueron “cooptadas” por las fuerzas de la OTAN a partir de la provisión de fondos, logística  seguridad en el terreno en una utilización flagrante de ellas en lo que Colin Powel llamó “la fuerza multiplicadora” de las organizaciones de ayuda humanitaria.[1] La ofensiva de las fuerzas militares sobre las organizaciones de ayuda marcaron un hito que se llamó la “militarización de la ayuda humanitaria” que dividió las aguas entre las organizaciones que se plegaron dando inicio a un “Nuevo humanitarismo” y las que se opusieron defendiendo el “Humanitarismo puro” de valores dunantistas. [2]

Un caso a destacar tiene que ver con la utilización de la ayuda humanitaria no por parte de las fuerzas de un país o grupo de países sino por una facción. Es el caso de los muchos de los perpetradores del genocidio ruandés alojados como refugiados en los campos alrededor de los grandes lagos en la frontera con Zaire (actual República Democrática del Congo) que utilizaron de una manera grotesca la ayuda humanitaria entregada por las organizaciones para reconstituirse a partir de las ventajas de la distribución de la ayuda. Esto mereció una profunda autocrítica por parte de las organizaciones y todo el sistema humanitario sobre la ética y los límites a la ayuda humanitaria.

En nuestra región, el apoyo a los Contras en Nicaragua es otro ejemplo surgido de  declaraciones de funcionarios del gobierno de Estados Unidos a cargo del apoyo logístico a los Contras que revelaron que se arrojaron armas en “cargas mixtas” con ayuda humanitaria en los territorios administrados por ellos.[3]

El uso político de la ayuda humanitaria pone en cuestión el concepto mismo de humanitarismo toda vez que le quita lo normativo y audaz sometiéndolo a las relaciones de poder que se magnifican en tiempos de guerra. Así, la ayuda humanitaria se define como tal como una asistencia desinteresada que no está motivada más que por el criterio de humanidad pero crecientemente sometidos sus actores (dadores y receptores) a una validación de su legitimidad por parte de la opinión pública y la política en general. Así, pocos se animan a describir como “humanitaria” la ayuda brindada a poblaciones víctimas de desastres naturales por parte de organizaciones talibanes durante el terremoto de 2005 o las inundaciones de 2010 en Afganistán o la entregada por Hezbollah en el Líbano luego de la guerra de 2006. Sin embargo el término se usó ampliamente para caracterizar la ayuda de las fuerzas de la OTAN en Afganistán a partir de 2001 algo que algunos lustros antes también hicieron los soviéticos pero solo lo consideraron así quienes apoyaban la invasión.

El humanitarismo puro, el humanitarismo que se mueve por el criterio de humanidad y que se pretende fuera de todo juego de poder está en constante tensión con la política y es lo que al final lo constituye.

5. ¿Existe una crisis humanitaria en Venezuela?  

El deterioro progresivo de la situación política, económica y social en Venezuela es innegable y ha movilizado, con razón, fuerzas políticas a favor y en contra en la región y más allá. Si bien las presiones internacionales para un cambio sobre el orden político y económico en Venezuela habían comenzado mucho antes de que Nicolás Maduro se convirtiera en el “ocupante” de la presidencia en el país caribeño, la ceremonia de asunción del 10 de enero y, con ello el ingreso a la ilegitimidad del régimen, disparó reacciones de todo tipo en todo el arco político internacional. A partir de allí, el conflicto ingresó entonces en una delicada zona donde cada acción de los actores externos es discutida y puede ser entendida como una injerencia sobre los asuntos internos de un país soberano, incluso la ayuda humanitaria. Nuestro interrogante apunta a saber si estamos en presencia de una crisis tal que pueda denominarse humanitaria y con ello dispare todas las acciones locales e internacionales de respuesta a esa crisis.

Cuando recordamos que la responsabilidad y autoridad para declarar una crisis humanitaria es de las autoridades locales la respuesta a nuestra pregunta nos remite a otro lugar: si existe alguna disputa respecto a las autoridades competentes y legítimas en el país, entonces el concepto de crisis humanitario estará muy probablemente empañado por intereses y cálculos políticos de quienes están en contra o a favor de las autoridades. En el caso de Venezuela el problema se agudiza más ya que no estamos en presencia de una catástrofe natural cuando la crisis humanitaria como resultado de ella no puede ser sometida a mayores especulaciones. La situación es mas compleja.

Como punto de partida nadie duda de que en Venezuela se vive una fenomenal crisis económica, social y política. Indicadores claves como inflación, endeudamiento o valor de la moneda impactan de lleno en las condiciones de vida de sus habitantes impulsando una baja en el nivel de nutrientes en la población mas necesitada, la escasez de productos y algunos medicamentos, los desplazamientos internos y la ola de emigrantes por Sudamérica entre otras cosas. Esto, en un contexto de inestabilidad política donde una cincuentena de países reconocieron a un presidente encargado y otro es el que tiene el poder de facto como presidente en el país, produce un bloqueo político que no hace más que agravar las penurias de la población. En este punto debemos preguntarnos si ¿esta crisis económica, política y social es una crisis humanitaria? Como primera medida, decimos que las necesidades de la población deben ser atendidas más allá de la discusión “semántica” sobre la denominación de una crisis aunque bien sabemos que darle el carácter de humanitaria tiene implicancias políticas y económicas trascendentes. Hay quienes dicen que si,[4] que la crisis pasó de ser económica a humanitaria en función de dificultades del gobierno de facto para cumplir con las promesas dadas a sus bases de apoyo. Hay quienes sostienen que lo que se vive en Venezuela es una emergencia compleja[5] que es un tipo de crisis humanitaria mas aguda que que involucra causas naturales pero sobre todo políticas pero, aunque contiene elementos que pueden identificarse en el país caribeño, esta descripción internacional responde más a la descomposición del aparato social y político como consecuencia de un conflicto interno y “habilita” una intervención internacional amplia.

El punto de disputa política y que separa una delgada línea de la “intervención humanitaria” es que una crisis económica, política y social es una responsabilidad del buen o mal gobierno por parte de sus autoridades y son los ciudadanos lo que ejercen el poder de veto. En cambio una crisis humanitaria, quita del gobierno local el manejo de la crisis en pos de la responsabilidad de la comunidad internacional de aliviar el sufrimiento de una población en “inminente” riesgo de muerte.

El argumento que sostenemos aquí es que se vive una profunda crisis en diferentes niveles pero todavía no devino en una crisis humanitaria según los criterios internacionales. De continuar el deterioro de las condiciones económicas, políticas y sociales actuales llevarán en el mediano plazo a una crisis humanitaria de magnitud. Este argumento se apoya en 5 puntos:

  • Los organismos internacionales presentes o con representantes en Venezuela no se manifestaron a favor de que existe una crisis humanitaria en el país.[6]
  • El gobierno en funciones de facto, quien tiene el control sobre el territorio, no reconoce la existencia de una crisis humanitaria[7] y no solicitó ayuda a los organismos internacionales como está previsto en los casos en que el país no puede atender las necesidades de su población.
  • El presidente encargado manifiesta la existencia de una crisis humanitaria pero organiza la distribución de la ayuda sin la asistencia de los organismos internacionales que si bien es una facultad de los gobiernos locales, le quitan legitimidad.
  • Los criterios internacionales para la existencia de una crisis humanitaria hablan de un deterioro en los indicadores pero no la presencia de una crisis humanitaria hoy.
  • Las crisis complejas de tipo político, económica y social no siempre devienen en una crisis humanitaria.[8] Existen numerosos casos en que las condiciones de vida de la población no llegaron al punto de constituir una crisis humanitaria y se recuperaron a partir de la resolución del conflicto.

De esta manera, lo que se necesita de manera inmediata es una resolución del conflicto político en Venezuela para que no llegue a vivirse una crisis humanitaria de dimensiones fenomenales.[9] La responsabilidad en el manejo de la crisis corresponde a todas las partes y es de capital importancia evitar tomar medidas que exacerben las divisiones porque detrás de los intereses políticos residen los seres humanos que son los que siempre, invariablemente, terminan pagando los costos.

6. ¿Qué conclusiones podemos extraer de la discusión sobre la “crisis humanitaria” en Venezuela?

Pocas dudas pueden haber de que la discusión por la crisis humanitaria en Venezuela tiene un componente político determinante. Esto es así no solo por las presiones políticas a las que está sometido el sistema político venezolano por diferentes razones y los intereses que se ciernen sobre el resultado del conflicto sino también porque “lo humanitario” es una arena de disputa política por su naturaleza. La apelación al humanitarismo por parte de quienes detentan el poder siempre fue una tentación ya que ayuda a cubrir de legitimidad y de buenas intenciones a las acciones políticas que de otra manera afectarían el prestigio y generarían oposición.[10] El humanitarismo se define por esa oposición. Como bien dice Marie-Pierre Allié (ex Presidente de la sección francesa de Médicos Sin Fronteras): “la explotación política de la ayuda no es un mal uso de su vocación, sino su condición principal de existencia”[11]. Así, el humanitarismo puro se encuentra en una lucha constante por despojarse de los intereses políticos y la influencia externa en la asistencia a las víctimas de la mano del hombre y la naturaleza. La defensa de sus principios de humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia resultan centrales en este desafío.

La politización o en su extremo la “militarización de la ayuda humanitaria” representa muchos riesgos que es necesario tener en cuenta a la hora de embarcarse en una clasificación:

  • La población, que en alguna medida mayor o menor está sufriendo, queda en medio de disputas políticas y el criterio de humanidad y neutralidad para la distribución de la ayuda pasa a un segundo plano originando grandes sufrimientos. Existen muchos ejemplos de este tipo en que gobiernos, grupos opositores y fuerzas externas utilizaron la ayuda humanitaria como una herramienta más de la política.[12]
  • Puede clasificarse como crisis humanitaria una situación que no lo es por obra de “hacer viajar el concepto”[13] y a la inversa restar importancia a una crisis humanitaria profunda quitando medios y atención para enfrentarla.[14] Esto puede dar lugar a situaciones como la que está viviendo Yemen hoy en la que todos los organismos y agencias internacionales alertan sobre los costos para la población, especialmente los niños, sobre la crisis humanitaria más severa del mundo donde el 70% de la población está en situación de inseguridad alimentaria[15] y donde la Coordinadora de ayuda humanitaria de la ONU ha dicho que “no hay otro lugar en el mundo donde la gente está sufriendo mas”[16]. Es interesante ver que la crisis en Yemen está producida principalmente por el bloqueo y los ataques militares en manos de una coalición de países liderados por Arabia Saudita que cuenta con la ayuda logística y armamentista de la mayoría de las grandes potencias que se apresuran a declarar una crisis humanitaria en Venezuela y que con sus acciones están empujando a agudizar.
  • En situaciones de guerra se eleva la hostilidad y el riesgo sobre la vida de los trabajadores humanitarios[17] no solo porque son vistos como apoyando a una de las partes sino porque suelen quedar en el frente de la línea de fuego. La acción humanitaria es rechazada incluso si es necesaria en algunos casos.
  • La provisión de ayuda en general incrementa las divisiones políticas cuando se impone por una de las partes y no es entregada a partir del consenso usando, por ejemplo, corredores humanitarios, etc. Por ejemplo, en situaciones como el conflicto en Darfur, Sudán en 2003 fue la única manera de llegar a la población.
  • Se genera confusión en la opinión pública que redunda en el apoyo a las causas humanitarias puras quitando financiación y legitimidad a las asistencias.

La acción humanitaria tiene raíces profundas en las más importantes religiones y dio lugar a un vasto cuerpo de leyes que se conocen como Derecho Internacional Humanitario. Sin embargo, la lucha “desigual” con el poder que pretende utilizarla para sus fines no debe detenerse porque en su independencia y neutralidad radica la esperanza de la asistencia para sobrevivir de muchos millones de personas alrededor del mundo. De allí que su defensa es un acto ético.

REFERENCIAS

  • Barnett, Michael (2011), Empire of Humanity. A History of humanitarianism, Introduction. Cornell University Press, London.
  • Benavides, Lourdes (2009), “El Régimen Internacional del ‘Nuevo Humanitarismo’, Relaciones Internacionales, núm. 12, octubre de 2009. GERI-UAM.
  • Brauman Rony (2017), “War and humanitarian aid”, CRASH Foundation. Paris.
  • –          Cunningham, Andrew (2018), International Humanitarian NGOs and State Relations, Politics, Principles and Identity. Introduction. Routledge. New York.
  • Global Humanitarian Asistance Report 2018. Development Initiatives.
  • Magone Claire, Neuman Michael, Weissman Fabrice, Humanitarian Negotiations Revealed, The MSF Experience. Hurst and Company. 2011. London.
  • Marrero Rocha, Inmaculada (2013), “La responsabilidad de proteger de la comunidad internacional en los casos de Libia y Siria: análisis comparativo”. Relaciones Internacionales, Número 22, febrero-mayo, GERI-UAM.
  • Mearsheimer, John (2001), The Tragedy of Great Powers Politics. W.W. Norton and Company. London.
  • OCHA (2013), Manual de campo. Equipo de las Naciones Unidas para la Evaluación y Coordinación en casos de Desastres. 6ta. Edición.
  • OCHA (2011), OCHA en Mensaje: Principios Humanitarios.
  • Redfield Peter and Bornstein Erica (2011), “And Introduction to the Anthropology of Humanitarianism” en Redfield Peter and Bornstein Erica, Forces of Compassion. Humanitarianism between Ethics and Politics, School for Advanced Research Press, New México.
  • Weissman, Fabrice (2015), “The State of Humanitarian Sector”, Interview, CRASH Foundation.

[1] Colin L. Powell, “Remarks to the National Foreign Policy Conference for Leaders of Nongovernmental Organizations,” US Department of State, 26 October 2001, disponible en www.state.gov/secretary/rm/2001/5762pf.htm.

[2] Referido a los principios declamados por Henry Dunant al impulsar la creación del Comité Internacional de la Cruz Roja que defienden los humanitaristas puros.

[3] Ver: https://www.nytimes.com/1987/08/15/world/aide-says-us-planes-carried-contra-arms.html

[4] Straka Tomás, Venezuela: de la crisis económica a la crisis humanitaria, Nueva Sociedad, Enero 2018. http://nuso.org/articulo/venezuela-de-la-crisis-economica-la-crisis-humanitaria/

[5] Emergencia Humanitaria Compleja en Venezuela. Cepaz. 05 de febrero de 2018. https://cepaz.org.ve/noticias/emergencia-humanitaria-compleja-venezuela/ o Crisis Humanitaria o Emergencia Compleja en Venezuela. Transparencia Venezuela. Accedido 22/02/19. https://transparencia.org.ve/project/crisis-humanitaria-emergencia-compleja-venezuela/

[6] Las conferencias realizadas para reunir dinero y discutir la crisis no incluyeron a las grandes organizaciones internacionales de ayuda humanitaria. Por otro lado, agencias de la ONU como ACNUR están trabajando en la acogida de desplazados y migrantes venezolanos pero es uno de los aspectos, no menor, de la crisis. Fuente: http://reporting.unhcr.org/sites/default/files/unhcr%20venezuela%20situation%202018%20supplementary%20appeal.pdf

[7] Aunque anunció la recepción de “ayuda humanitaria” de parte de sus socios.

[8] Aunque no se trató de una cuestión de legitimidad de sus gobernantes me permito acá alentar a una breve reflexión sobre si la crisis económica, política y social que sin dudas se vivió en Argentina en 2001/2002 representó una crisis humanitaria. Algunas organizaciones internacionales ofrecieron su expertise para enfrentar la crisis pero fueron rechazadas por las autoridades argentinas aduciendo que no se vivía ese escenario.

[9] Actualmente OCHA registra 2 emergencias de Nivel 3 (desplegando todo su sistema de respuesta): Siria y Yemen y Etiopia y Somalia como Corporate Emergence (apoyo con todos los medios en HQ y en el terreno). https://www.unocha.org/where-we-work/current-emergencies

[10] John Mearsheimer señala la lógica realista que subyace detrás de la pretensión de defensa de los ideales liberales en la política exterior de Estados Unidos. “Because american dislike realpolitik, public discourse about foreign policy in the United States is usually couched in the language of liberalism….In essence, a discernible gap separates public rethoric from the actual conduct of American foreign policy. Mearsheimer, John, The Tragedy of Great Powers Politics. W.W. Norton and Company. London. 2001. Pag.27.

[11] Magone Claire, Neuman Michael, Weissman Fabrice, Humanitarian Negotiations Revealed, The MSF Experience. Hurst and Company. 2011. London. p. 3

[12] Los casos de Afganistán (2011) con las fuerzas de la OTAN distribuyendo la ayuda humanitaria y Colin Powel llamando a las ONG de ayuda humanitaria como “multiplicadores de fuerza” e Iraq (2013) con soldados de Estados Unidos distribuyendo ayuda humanitaria como ejemplos de por fuerzas de ocupación; Zaire (actual República Democrática del Congo) por el aprovechamiento de la asistencia a los perpetradores del genocidio ruandés en los campos de refugiados o Contras en Nicaragua (1986) por el envío de armas en cajas de ayuda humanitaria como ejemplos de grupos de la oposición, el caso de Etiopía (1984) por la inacción del gobierno o Nigeria (2005) por la especulación de las autoridades para la provisión de servicios médicos como ejemplo de parte de los gobiernos entre otros.

[13] En referencia a la idea de “estiramiento conceptual” en Satori Giovanni. Como hacer ciencia política: lógica, método y lenguaje en ciencias sociales. Trad. Miguel Ángel Ruiz de Azúa. Penguin Random House Grupo Editorial España, Dec 14, 2011. Pág.30.

[14] Muchas son las crisis que de esta manera se invisibilizan algunas mas urgentes que otras y de naturaleza diferente. Ver a modo de ejemplo en nuestra región el  informe Crisis Olvidadas: https://crisisolvidadas.msf.mx

[15] Ver artículos periodísticos: Una decena de ONG alertan de que la crisis humanitaria en Yemen está “en caída libre” https://www.europapress.es/internacional/noticia-decena-ong-alertan-crisis-humanitaria-yemen-caida-libre-20180926120238.html, Yemen sufre la peor crisis humanitaria del mundo. La Vanguardia https://www.lavanguardia.com/internacional/20181206/453400619662/el-yemen-sufre-la-peor-crisis-humanitaria-del-mundo-alerta-la-onu.html

[16] Yemen una tragedia de proporciones sin precedentes, https://news.un.org/es/story/2018/09/1442262

[17] En 2017 139 trabajadores humanitarios fueron asesinados, 102 resultaron heridos y 72 fueron secuestrados según el Aid Worker Security Report de 2018. https://reliefweb.int/sites/reliefweb.int/files/resources/awsr_figures_2018_1%20%281%29.pdf

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