La definición de crisis humanitaria presenta ciertos desafíos que es necesario superar para llegar a darle un sentido inequívoco al término. En rigor, además, las crisis son humanas y no humanitarias y son las respuesta a esas crisis las que tienen el carácter humanitario al intentar aliviar las causas que la producen. El concepto de crisis humanitaria es usado comúnmente en los medios y la opinión pública para describir una situación de emergencia en la que es necesario tomar acciones en forma inmediata para evitar perder vidas humanas. De allí que en general se usen en forma indistinta intercambiando los términos crisis humanitaria y emergencia humanitaria para describir una misma situación. Sin embargo, las crisis humanitarias pueden resultar más amplias y extendidas en el tiempo que una situación de emergencia lo que no lleva también a la necesidad de diferenciar su respuesta entre lo que se conoce como ayuda humanitaria de lo que es la ayuda de emergencia.
De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas, una crisis humanitaria está relacionada a situaciones de emergencia, producto de desastres, bien sea por eventos naturales -terremotos, inundaciones y tormentas- o aquellos derivados de conflictos armados de alta intensidad que pongan en peligro la vida de una cantidad considerable de personas. En un sentido amplio, una crisis humanitaria puede definirse como: un evento o serie de eventos que representa una amenaza crítica para la salud, la seguridad o el bienestar de una comunidad u otro grupo grande de personas, generalmente en un área amplia. La naturaleza de los eventos es lo que determina el tipo de crisis humanitaria ante la que nos encontramos: a) provocados por el hombre: es el caso de las guerras y conflictos de tipo político; b) de origen natural: como las catástrofes hídricas o de causas geofísicas; c) emergencias complejas: que son un caso especial en el que se encuentran aspectos mas sostenidos de las anteriores. Cualquier acción internacional tendiente a aliviar el dolor o proteger la humanidad y los derechos de los naturales de un país debe ser aceptada formalmente por las autoridades de un país soberano quienes son los principales responsables políticos de la administración y coordinación de la ayuda humanitaria en función de la autoridad conferida.
La ayuda entregada por motivos humanitarios se define como la asistencia desinteresada que se brinda a las personas con graves dificultades, y nuestra humanidad común es nuestro único vínculo. Esta ayuda debe observar el cumplimiento de los 4 principios humanitarios:
2. ¿Cómo y quién declara la existencia de una crisis humanitaria?
Como única autoridad reconocida dentro de sus fronteras, los gobiernos locales tienen la responsabilidad y autoridad para satisfacer las necesidades de sus sociedades. En el caso de que las circunstancias extraordinarias llevan a que las capacidades locales sean superadas en razón de una crisis en la que la vida de los nacionales está en inminente riesgo, los gobiernos pueden aceptar o solicitar la asistencia de otros Estados u organizaciones pero ésta no puede ser impuesta ya que, sin importar las intenciones, el envío de ayuda a otro país sin previa solicitud o invitación puede ser considerado un acto de fuerza similar a una invasión y una violación a los convenios internacionales. De esta manera, la emergencia por crisis humanitaria es anunciada por los máximos responsables políticos de un país en función de las evaluaciones realizadas sobre el terreno quienes pueden solicitar la asistencia internacional de agencias y organizaciones especializadas. El pedido de ayuda internacional dispara una serie de protocolos de intervención en todo el sistema humanitario a partir de las agencias especializadas y los representantes en el país.
Sin embargo, la declaración de una crisis humanitaria de cualquier tipo tiene implicancias políticas y la mayoría de las veces económicas. Es por eso que el reconocimiento de la existencia o no de una crisis humanitaria tiende a responder en muchos casos más a criterios políticos que a criterios objetivos. Existen diversas razones por las cuales un gobierno puede rechazar la existencia de una crisis humanitaria en su país aunque ésta tenga lugar, por ejemplo: el costo político de asumir que necesita ayuda externa para lidiar con una situación, la crisis humanitaria afecta a un sector de la población caracterizada como opositora al gobierno, la ayuda externa se percibe como una injerencia en los asuntos internos del país. Haciendo uso de esa facultad, hay una gran cantidad de ejemplos en los que organizaciones humanitarias tuvieron su acceso bloqueado o fueron expulsadas por los gobiernos locales mientras participaban en la atención de víctimas de una crisis humanitaria.
En los casos en que hay pruebas determinantes de que una crisis humanitaria está en ciernes de acuerdo a criterios internacionales que tienen en cuenta el riesgo en la provisión de alimentos, los desplazamientos poblacionales internos y personas refugiadas asistidas, su escala, complejidad, urgencia, etc. el sistema humanitario que conforman las agencias de la ONU y todas las organizaciones abocadas a la ayuda humanitaria, levantan la voz y presionan sobre las autoridades locales e internacionales para atender a las poblaciones en riesgo. El prestigio y el poder discursivo de las organizaciones internacionales es clave en este proceso.
En un extremo, cuando están en curso violaciones sistemáticas a los derechos humanos y el Estado está faltando a su responsabilidad de proteger a sus nacionales, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas puede autorizar en forma excepcional el despliegue de Fuerzas de Paz para detener el proceso amparado en el criterio de la “responsabilidad de proteger” que tiene la comunidad internacional sobre las poblaciones en riesgo.
En consecuencia, la asistencia internacional se da en apoyo a las autoridades nacionales y mediante solicitud, sin importar el requerimiento de respuesta inmediata por parte de las organizaciones internacionales.
3. ¿Qué sucede cuando se declara una crisis humanitaria?
La respuesta a una crisis humanitaria dispara una serie de acciones dependiendo del tipo de crisis, su magnitud, alcance y urgencia. Para los casos de emergencia, existe una calificación internacional de 3 niveles que lleva adelante la agencia especializada de la ONU:
A pesar de que históricamente muchos países han solicitado asistencia internacional “general” en casos de desastres naturales a gran escala, recientemente los países han preferido gestionar sus propias crisis mediante el control directo de la asistencia internacional.
Con el objetivo de coordinar la acción humanitaria entre todos los actores de manera de utilizar de una forma más eficiente los recursos, desde 1991 Naciones Unidas ha desarrollado agencias especializadas y protocolos encabezados por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). Esta Oficina es responsable de asegurar que la ayuda humanitaria se planifique y ejecute de una forma vinculada a la rehabilitación y al desarrollo a largo plazo de las áreas afectadas por las crisis humanitarias. En estos casos, el Coordinador Residente o el Coordinador Humanitario de las Naciones Unidas aún pueden pedir apoyo específico de OCHA, incluyendo un equipo UNDAC (Evaluación y Coordinación de Desastres), para aumentar las capacidades del país. La comunidad humanitaria internacional, ya sean las agencias de la ONU u organizaciones no gubernamentales (ONGs), todavía pueden tener un papel relevante gracias al apoyo directo a sus asociados, promoción o intercambio de información.
Así, a la respuesta inicial del Estado, el concurso de las agencias de la ONU implica la puesta en práctica de protocolos de asistencia previamente establecidos donde el Estado aprueba y colabora en la factibilidad y el resto de instituciones que forman el sistema humanitario son parte de un plan de asistencia. Para casos de necesidad de asistencia inmediata, las agencias de la ONU disponen del Fondo para Respuestas de Emergencias (CERF). Típico de este tipo de intervenciones son las emergencias por desastres naturales.
En otros tipos de crisis como las producidas por el hombre, el caso de guerras y/o desplazamientos masivos de población, entran en consideración también otros factores de mediano y largo plazo en una dimensión que va más allá de la provisión de bienes materiales y alcanza a acciones de protección de derechos fundamentales a través de acciones de advocacy, lobby o el testimonio. En general al complejo de todas estas acciones es lo que se llama acción humanitaria.
La ONU define a la acción humanitaria como un conjunto diverso de acciones de ayuda a las víctimas de desastres (desencadenados por catástrofes naturales o por conflictos armados), orientadas a aliviar su sufrimiento, garantizar su subsistencia, proteger sus derechos fundamentales y defender su dignidad, así como, a veces, a frenar el proceso de desestructuración socioeconómica de la comunidad y prepararlos ante desastres naturales.
4. ¿La acción humanitaria puede constituirse en una forma de injerencia en un país soberano?
La ambición por influir en el desarrollo de la política de otros países a favor de sus propios intereses es una constante en un sistema internacional anárquico. Los medios para conseguirlo han sido diversos y han ido variando con el tiempo yendo desde el uso de medios bélicos o duros hasta un sin fin de opciones blandas en otro extremo del continuo que incluyen presiones diplomáticas formales, bloqueos y sanciones de tipo económicas, presión política ante organismos internacionales, acciones de desprestigio en la opinión pública internacional entre muchas otras posibles. Una característica central es la aspiración de legitimidad para ellas desde un motivo justo para llevar adelante una guerra o intervención militar hasta la anticipación de un daño o la inhabilidad moral. La asistencia humanitaria cuenta con la ventaja de ser considerada una acción noble y es una fuente de atracción para su utilización ya que no necesita en sí misma legitimación en la opinión pública internacional.
La historia registra a la asistencia humanitaria en tiempos de crisis como un vehículo para la injerencia en un país soberano más de lo que esperamos a través de acciones directas o como pretexto para lograr una ventaja política que nada tiene que ver con las necesidades humanitarias. Aún más, la declaración de una crisis humanitaria puede estar motivada por la pretensión de injerencia en los asuntos internos de otro país cuando no existen las condiciones objetivas para calificar a la crisis como humanitaria.
Algunos casos notorios en la política internacional en los que la ayuda humanitaria fue usada para fines políticos más allá de las necesidades de la población cuentan a la asistencia de las fuerzas de la OTAN en Afganistán luego de la expulsión de los talibanes en 2001. El caso de Afganistán es paradigmático por varias razones: la ayuda era entregada a cambio de información sobre la localización de combatientes condicionando la asistencia a las poblaciones; la ayuda humanitaria era distribuida por los soldados entorpeciendo la inmunidad dada a los trabajadores humanitarios por el Derecho Internacional Humanitario y poniendo en riesgo su vida; las organizaciones de ayuda humanitarias fueron “cooptadas” por las fuerzas de la OTAN a partir de la provisión de fondos, logística seguridad en el terreno en una utilización flagrante de ellas en lo que Colin Powel llamó “la fuerza multiplicadora” de las organizaciones de ayuda humanitaria.[1] La ofensiva de las fuerzas militares sobre las organizaciones de ayuda marcaron un hito que se llamó la “militarización de la ayuda humanitaria” que dividió las aguas entre las organizaciones que se plegaron dando inicio a un “Nuevo humanitarismo” y las que se opusieron defendiendo el “Humanitarismo puro” de valores dunantistas. [2]
Un caso a destacar tiene que ver con la utilización de la ayuda humanitaria no por parte de las fuerzas de un país o grupo de países sino por una facción. Es el caso de los muchos de los perpetradores del genocidio ruandés alojados como refugiados en los campos alrededor de los grandes lagos en la frontera con Zaire (actual República Democrática del Congo) que utilizaron de una manera grotesca la ayuda humanitaria entregada por las organizaciones para reconstituirse a partir de las ventajas de la distribución de la ayuda. Esto mereció una profunda autocrítica por parte de las organizaciones y todo el sistema humanitario sobre la ética y los límites a la ayuda humanitaria.
En nuestra región, el apoyo a los Contras en Nicaragua es otro ejemplo surgido de declaraciones de funcionarios del gobierno de Estados Unidos a cargo del apoyo logístico a los Contras que revelaron que se arrojaron armas en “cargas mixtas” con ayuda humanitaria en los territorios administrados por ellos.[3]
El uso político de la ayuda humanitaria pone en cuestión el concepto mismo de humanitarismo toda vez que le quita lo normativo y audaz sometiéndolo a las relaciones de poder que se magnifican en tiempos de guerra. Así, la ayuda humanitaria se define como tal como una asistencia desinteresada que no está motivada más que por el criterio de humanidad pero crecientemente sometidos sus actores (dadores y receptores) a una validación de su legitimidad por parte de la opinión pública y la política en general. Así, pocos se animan a describir como “humanitaria” la ayuda brindada a poblaciones víctimas de desastres naturales por parte de organizaciones talibanes durante el terremoto de 2005 o las inundaciones de 2010 en Afganistán o la entregada por Hezbollah en el Líbano luego de la guerra de 2006. Sin embargo el término se usó ampliamente para caracterizar la ayuda de las fuerzas de la OTAN en Afganistán a partir de 2001 algo que algunos lustros antes también hicieron los soviéticos pero solo lo consideraron así quienes apoyaban la invasión.
El humanitarismo puro, el humanitarismo que se mueve por el criterio de humanidad y que se pretende fuera de todo juego de poder está en constante tensión con la política y es lo que al final lo constituye.
5. ¿Existe una crisis humanitaria en Venezuela?
El deterioro progresivo de la situación política, económica y social en Venezuela es innegable y ha movilizado, con razón, fuerzas políticas a favor y en contra en la región y más allá. Si bien las presiones internacionales para un cambio sobre el orden político y económico en Venezuela habían comenzado mucho antes de que Nicolás Maduro se convirtiera en el “ocupante” de la presidencia en el país caribeño, la ceremonia de asunción del 10 de enero y, con ello el ingreso a la ilegitimidad del régimen, disparó reacciones de todo tipo en todo el arco político internacional. A partir de allí, el conflicto ingresó entonces en una delicada zona donde cada acción de los actores externos es discutida y puede ser entendida como una injerencia sobre los asuntos internos de un país soberano, incluso la ayuda humanitaria. Nuestro interrogante apunta a saber si estamos en presencia de una crisis tal que pueda denominarse humanitaria y con ello dispare todas las acciones locales e internacionales de respuesta a esa crisis.
Cuando recordamos que la responsabilidad y autoridad para declarar una crisis humanitaria es de las autoridades locales la respuesta a nuestra pregunta nos remite a otro lugar: si existe alguna disputa respecto a las autoridades competentes y legítimas en el país, entonces el concepto de crisis humanitario estará muy probablemente empañado por intereses y cálculos políticos de quienes están en contra o a favor de las autoridades. En el caso de Venezuela el problema se agudiza más ya que no estamos en presencia de una catástrofe natural cuando la crisis humanitaria como resultado de ella no puede ser sometida a mayores especulaciones. La situación es mas compleja.
Como punto de partida nadie duda de que en Venezuela se vive una fenomenal crisis económica, social y política. Indicadores claves como inflación, endeudamiento o valor de la moneda impactan de lleno en las condiciones de vida de sus habitantes impulsando una baja en el nivel de nutrientes en la población mas necesitada, la escasez de productos y algunos medicamentos, los desplazamientos internos y la ola de emigrantes por Sudamérica entre otras cosas. Esto, en un contexto de inestabilidad política donde una cincuentena de países reconocieron a un presidente encargado y otro es el que tiene el poder de facto como presidente en el país, produce un bloqueo político que no hace más que agravar las penurias de la población. En este punto debemos preguntarnos si ¿esta crisis económica, política y social es una crisis humanitaria? Como primera medida, decimos que las necesidades de la población deben ser atendidas más allá de la discusión “semántica” sobre la denominación de una crisis aunque bien sabemos que darle el carácter de humanitaria tiene implicancias políticas y económicas trascendentes. Hay quienes dicen que si,[4] que la crisis pasó de ser económica a humanitaria en función de dificultades del gobierno de facto para cumplir con las promesas dadas a sus bases de apoyo. Hay quienes sostienen que lo que se vive en Venezuela es una emergencia compleja[5] que es un tipo de crisis humanitaria mas aguda que que involucra causas naturales pero sobre todo políticas pero, aunque contiene elementos que pueden identificarse en el país caribeño, esta descripción internacional responde más a la descomposición del aparato social y político como consecuencia de un conflicto interno y “habilita” una intervención internacional amplia.
El punto de disputa política y que separa una delgada línea de la “intervención humanitaria” es que una crisis económica, política y social es una responsabilidad del buen o mal gobierno por parte de sus autoridades y son los ciudadanos lo que ejercen el poder de veto. En cambio una crisis humanitaria, quita del gobierno local el manejo de la crisis en pos de la responsabilidad de la comunidad internacional de aliviar el sufrimiento de una población en “inminente” riesgo de muerte.
El argumento que sostenemos aquí es que se vive una profunda crisis en diferentes niveles pero todavía no devino en una crisis humanitaria según los criterios internacionales. De continuar el deterioro de las condiciones económicas, políticas y sociales actuales llevarán en el mediano plazo a una crisis humanitaria de magnitud. Este argumento se apoya en 5 puntos:
De esta manera, lo que se necesita de manera inmediata es una resolución del conflicto político en Venezuela para que no llegue a vivirse una crisis humanitaria de dimensiones fenomenales.[9] La responsabilidad en el manejo de la crisis corresponde a todas las partes y es de capital importancia evitar tomar medidas que exacerben las divisiones porque detrás de los intereses políticos residen los seres humanos que son los que siempre, invariablemente, terminan pagando los costos.
6. ¿Qué conclusiones podemos extraer de la discusión sobre la “crisis humanitaria” en Venezuela?
Pocas dudas pueden haber de que la discusión por la crisis humanitaria en Venezuela tiene un componente político determinante. Esto es así no solo por las presiones políticas a las que está sometido el sistema político venezolano por diferentes razones y los intereses que se ciernen sobre el resultado del conflicto sino también porque “lo humanitario” es una arena de disputa política por su naturaleza. La apelación al humanitarismo por parte de quienes detentan el poder siempre fue una tentación ya que ayuda a cubrir de legitimidad y de buenas intenciones a las acciones políticas que de otra manera afectarían el prestigio y generarían oposición.[10] El humanitarismo se define por esa oposición. Como bien dice Marie-Pierre Allié (ex Presidente de la sección francesa de Médicos Sin Fronteras): “la explotación política de la ayuda no es un mal uso de su vocación, sino su condición principal de existencia”[11]. Así, el humanitarismo puro se encuentra en una lucha constante por despojarse de los intereses políticos y la influencia externa en la asistencia a las víctimas de la mano del hombre y la naturaleza. La defensa de sus principios de humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia resultan centrales en este desafío.
La politización o en su extremo la “militarización de la ayuda humanitaria” representa muchos riesgos que es necesario tener en cuenta a la hora de embarcarse en una clasificación:
La acción humanitaria tiene raíces profundas en las más importantes religiones y dio lugar a un vasto cuerpo de leyes que se conocen como Derecho Internacional Humanitario. Sin embargo, la lucha “desigual” con el poder que pretende utilizarla para sus fines no debe detenerse porque en su independencia y neutralidad radica la esperanza de la asistencia para sobrevivir de muchos millones de personas alrededor del mundo. De allí que su defensa es un acto ético.
REFERENCIAS
[1] Colin L. Powell, “Remarks to the National Foreign Policy Conference for Leaders of Nongovernmental Organizations,” US Department of State, 26 October 2001, disponible en www.state.gov/secretary/rm/2001/5762pf.htm.
[2] Referido a los principios declamados por Henry Dunant al impulsar la creación del Comité Internacional de la Cruz Roja que defienden los humanitaristas puros.
[3] Ver: https://www.nytimes.com/1987/08/15/world/aide-says-us-planes-carried-contra-arms.html
[4] Straka Tomás, Venezuela: de la crisis económica a la crisis humanitaria, Nueva Sociedad, Enero 2018. http://nuso.org/articulo/venezuela-de-la-crisis-economica-la-crisis-humanitaria/
[5] Emergencia Humanitaria Compleja en Venezuela. Cepaz. 05 de febrero de 2018. https://cepaz.org.ve/noticias/emergencia-humanitaria-compleja-venezuela/ o Crisis Humanitaria o Emergencia Compleja en Venezuela. Transparencia Venezuela. Accedido 22/02/19. https://transparencia.org.ve/project/crisis-humanitaria-emergencia-compleja-venezuela/
[6] Las conferencias realizadas para reunir dinero y discutir la crisis no incluyeron a las grandes organizaciones internacionales de ayuda humanitaria. Por otro lado, agencias de la ONU como ACNUR están trabajando en la acogida de desplazados y migrantes venezolanos pero es uno de los aspectos, no menor, de la crisis. Fuente: http://reporting.unhcr.org/sites/default/files/unhcr%20venezuela%20situation%202018%20supplementary%20appeal.pdf
[7] Aunque anunció la recepción de “ayuda humanitaria” de parte de sus socios.
[8] Aunque no se trató de una cuestión de legitimidad de sus gobernantes me permito acá alentar a una breve reflexión sobre si la crisis económica, política y social que sin dudas se vivió en Argentina en 2001/2002 representó una crisis humanitaria. Algunas organizaciones internacionales ofrecieron su expertise para enfrentar la crisis pero fueron rechazadas por las autoridades argentinas aduciendo que no se vivía ese escenario.
[9] Actualmente OCHA registra 2 emergencias de Nivel 3 (desplegando todo su sistema de respuesta): Siria y Yemen y Etiopia y Somalia como Corporate Emergence (apoyo con todos los medios en HQ y en el terreno). https://www.unocha.org/where-we-work/current-emergencies
[10] John Mearsheimer señala la lógica realista que subyace detrás de la pretensión de defensa de los ideales liberales en la política exterior de Estados Unidos. “Because american dislike realpolitik, public discourse about foreign policy in the United States is usually couched in the language of liberalism….In essence, a discernible gap separates public rethoric from the actual conduct of American foreign policy. Mearsheimer, John, The Tragedy of Great Powers Politics. W.W. Norton and Company. London. 2001. Pag.27.
[11] Magone Claire, Neuman Michael, Weissman Fabrice, Humanitarian Negotiations Revealed, The MSF Experience. Hurst and Company. 2011. London. p. 3
[12] Los casos de Afganistán (2011) con las fuerzas de la OTAN distribuyendo la ayuda humanitaria y Colin Powel llamando a las ONG de ayuda humanitaria como “multiplicadores de fuerza” e Iraq (2013) con soldados de Estados Unidos distribuyendo ayuda humanitaria como ejemplos de por fuerzas de ocupación; Zaire (actual República Democrática del Congo) por el aprovechamiento de la asistencia a los perpetradores del genocidio ruandés en los campos de refugiados o Contras en Nicaragua (1986) por el envío de armas en cajas de ayuda humanitaria como ejemplos de grupos de la oposición, el caso de Etiopía (1984) por la inacción del gobierno o Nigeria (2005) por la especulación de las autoridades para la provisión de servicios médicos como ejemplo de parte de los gobiernos entre otros.
[13] En referencia a la idea de “estiramiento conceptual” en Satori Giovanni. Como hacer ciencia política: lógica, método y lenguaje en ciencias sociales. Trad. Miguel Ángel Ruiz de Azúa. Penguin Random House Grupo Editorial España, Dec 14, 2011. Pág.30.
[14] Muchas son las crisis que de esta manera se invisibilizan algunas mas urgentes que otras y de naturaleza diferente. Ver a modo de ejemplo en nuestra región el informe Crisis Olvidadas: https://crisisolvidadas.msf.mx
[15] Ver artículos periodísticos: Una decena de ONG alertan de que la crisis humanitaria en Yemen está “en caída libre” https://www.europapress.es/internacional/noticia-decena-ong-alertan-crisis-humanitaria-yemen-caida-libre-20180926120238.html, Yemen sufre la peor crisis humanitaria del mundo. La Vanguardia https://www.lavanguardia.com/internacional/20181206/453400619662/el-yemen-sufre-la-peor-crisis-humanitaria-del-mundo-alerta-la-onu.html
[16] Yemen una tragedia de proporciones sin precedentes, https://news.un.org/es/story/2018/09/1442262
[17] En 2017 139 trabajadores humanitarios fueron asesinados, 102 resultaron heridos y 72 fueron secuestrados según el Aid Worker Security Report de 2018. https://reliefweb.int/sites/reliefweb.int/files/resources/awsr_figures_2018_1%20%281%29.pdf
Biografía
Juliana González Jáuregui es Doctora en Ciencias Sociales (2017) por la FLACSO Argentina, Magíster en Relaciones y Negociaciones Internacionales (2013) por la FLACSO Argentina y la Universidad San Andrés, y Licenciada en Relaciones Internacionales (2007) por la Universidad de Congreso. Actualmente, es miembro del equipo editorial de la Revista Tramas de la Escuela de Política y Gobierno de la Provincia de Chaco y docente de esa casa, al igual que del Doctorado en Ciencias Económicas de la FCE – UNCuyo.
Agenda de Investigación
Sus temas de investigación abarcan desde la trama política conformada entre el Estado y el sector privado argentino a raíz del vínculo económico-comercial con China, hasta las consecuencias de la proyección económica de China para el sistema internacional en general, y Asia Central y Oriental y la región latinoamericana, en particular. Asimismo, investiga acerca del papel de China en la agro-geopolítica mundial y sus implicancias para la Argentina. De manera de realizar un abordaje integral sobre el país asiático, además, estudia chino mandarín hace 5 años.
Investigador Adjunto, Área de Relaciones Internacionales, FLACSO – Argentina.
MA in Economics, San Diego State University (Estados Unidos).
Biografía
Pablo Trucco obtuvo un MA in Economics por San Diego State University, y es Licenciado en Relaciones Internacionales en la Universidad del Salvador y Licenciado en Economía en la Universidad de Buenos Aires. Es Investigador del Área de Relaciones Internacionales de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO/Argentina) y de la Red Latinoamericana de Política Comercial (LATN), y es Consultor del Ministerio de Producción de la Nación.
Agenda de investigación
Sus temas de investigación incluyen economía política internacional; regionalismos e integración en América del Sur; integración productiva y asociatividad entre actores productivos.
Publicaciones
Entre sus publicaciones recientes se destacan: “Políticas de Articulación Productiva”, en Los futuros del MERCOSUR: nuevos rumbos de la integración regional, INTAL – BID, Buenos Aires (2017): pp. 112-123; Socios en la Integración Productiva. La Estrategia Asociativa de las Empresas en el Mercosur, (Editor), Teseo, Buenos Aires (2015); “Construir el Desarrollo con Políticas Públicas. Asociatividad, Tecnología e Innovación Productiva: El Caso del Programa Sistemas Productivos Locales”, con Alejandro Naclerio, DAAPGE, 24 (2015): pp. 33-65; “La Gran Recesión y el Retorno de la Política en América del Sur”, Revista Iberoamericana, Año XII, Número 46, (Junio, 2012): pp. 63-70. ; “The Rise of Monetary Agreements in South America”, en Pía Riggirozzi and Diana Tussie, (eds.), The Rise of Post-Hegemonic Regionalism: The Case of Latin America, United Nations University Series on Regionalism, Springer, London, New York (2012); “¿Carga o Privilegio? El Dólar Estadounidense y la Puja por la Reforma del Sistema Monetario Internacional”, Estudios Internacionales, Año XLIV, Número 169 (Mayo-Agosto, 2011); Nación y Región en América del Sur. Los Actores Nacionales y la Economía Política de la Integración Sudamericana, (con Diana Tussie), Teseo, Buenos Aires (2010).
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Investigadora Adjunta, Área de Relaciones Internacionales. FLACSO – Argentina
Doctora en Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires (UBA).
Biografía
Jorgelina Loza es Socióloga (Universidad de Buenos Aires), ha culminado la Maestría en Sociología de la Cultura de Universidad Nacional de San Martín y es Doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires. Fue becaria del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina. Ha realizado estancias doctorales en El Colegio de México y en el Iberoamerikanische Institut de Berlín. Es investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales – Argentina, y del Instituto de Investigaciones Gino Germani de la Universidad de Buenos Aires. Actualmente, investiga y trabaja con redes transnacionales de acción colectiva en América Latina, especialmente en la construcción de su identidad regional. Ha participado en numerosos proyectos de investigación e intervención, desarrollados por instituciones académicas, sector privado, sector público y organizaciones sociales; en Argentina, México y Uruguay. Es docente universitaria de grado en Universidad de Buenos Aires y New York University (Buenos Aires), y de posgrado en Universidad del Salvador.
Agenda de Investigación
Sus temas de interés principal son las identidades culturales, ideas de nación, la idea de América Latina y la dimensión simbólica de la acción colectiva.
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Coordinadora académica de la Maestría en Relaciones Internacionales de FLACSO/Argentina.
Investigadora Adjunta, Área de Relaciones Internacionales. FLACSO – Argentina.
Doctora en Ciencias Sociales, FLACSO – Argentina.
Biografía
Melisa Deciancio es Doctora en Ciencias Sociales (2016) por la FLACSO, Argentina, Magíster en Relaciones y Negociaciones Internacionales (2010) por la FLACSO/Argentina y la Universidad de San Andrés, y licenciada en Ciencia Política (2006), por la Universidad de Buenos Aires. Becaria Pos-Doctoral del CONICET. Actualmente es la Coordinadora académica de la Maestría en Relaciones Internacionales de la FLACSO/Argentina y docente en FLACSO, UBA, USAL y UDELAR.
Agenda de investigación
Sus temas de investigación son la historia intelectual de la disciplina de las Relaciones Internacionales en la Argentina, teoría de las Relaciones Internacionales, multilateralismo y gobernanza global.
Publicaciones
Entre sus publicaciones más recientes se encuentran: “La construcción del campo de las Relaciones Internacionales argentinas: contribuciones desde la Geopolítica”, en Revista de Relaciones Internacionales, Estrategia y Seguridad, julio 2017; “Las Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires en la historia del campo de las Relaciones Internacionales argentinas”, en Revista de Historia del Derecho, Nº 52, julio-diciembre de 2016; “La internacionalización de la teoría de las Relaciones Internacionales en la Argentina: los híbridos teóricos y su clasificación” (con María Cecilia Míguez), en Papeles de trabajo, UNSAM, Vol. 11, No. 18, 2016; “El regionalismo latinoamericano en la agenda de Relaciones Internacionales”, en Revista Iberoamericana, Berlín, vol. 16, nro. 63, pp. 91-110, 2016. DOI: http://dx.doi.org/10.18441/ibam.16.2016.63.91-110; “International Relations (IR) From The South: A Regional Research Agenda for Global IR”, en Presidential Issue on “Global IR and Regional Worlds” editado por Amitav Acharya, Pinar Bilgin y L.H.M. Ling, en International Studies Review, vol. 18, No. 1, pp. 106-119, 2016. DOI: https://doi.org/10.1093/isr/viv020.
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Investigadora adjunta, Área de Relaciones Internacionales, FLACSO- Argentina.
Doctora en Derecho, Universidad de Buenos Aires (UBA).
Biografía
Juliana Peixoto Batista es Abogada (UFC, Brasil), brasileña, radicada en Argentina. Doctora en Derecho, con orientación en Derecho Internacional (UBA, Argentina) y Magister en Relaciones Internacionales (UBA, Argentina). Es docente en la UBA, UNSAM y FLACSO. Es investigadora en el Área de Relaciones Internacionales de FLACSO/Argentina, lugar desde donde se desarrolla como coordinadora de la Red LATN y como miembro de la Cátedra OMC/FLACSO, entre otras actividades. Posee sólida experiencia en elaboración y gestión de proyectos internacionales de cooperación e investigación, así como en gestión de redes de conocimiento. Experiencia en docencia en niveles de grado y postgrado, así como cursos de capacitación y formación para agentes públicos y experiencia en la gestión pública y privada.
A lo largo de su carrera, se ha dedicado a temas como la intersección entre el derecho internacional y las RRII, la integración regional, las asimetrías, la relación entre derechos humanos y comercio internacional, la arquitectura del sistema multilateral de comercio.
Agenda de investigación
Sus temas de investigación se relacionan con la integración regional, el desarrollo sustentable y las asimetrías, la arquitectura del comercio internacional.
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Coordinadora del Área de Relaciones Internacionales, FLACSO – Argentina.
Doctora en Relaciones Internacionales, London School of Economics (Reino Unido).
Biografía
Diana Tussie es Licenciada en Sociología y Doctora en Relaciones Internacionales por la Escuela de Economía de Londres. Dirige la Maestría en Relaciones Internacionales de la sede de FLACSO Argentina y es Investigadora Superior del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), al que ingresó en el año 1987. En su trayectoria fue profesora visitante de las universidades de Oxford y Manchester y recientemente del German Institute of Global Affairs. En el año 2017 fue galardonada con el Premio a académica distinguida del Sur Global por la sección del Sur Global de la International Studies Association.
Agenda de investigación
Sus temas de investigación en el campo de la economía política internacional versan sobre procesos y actores en el multilateralismo, la construcción regional así como la economía política del sistema económico internacional, Brasil y China en el orden emergente.
Publicaciones
Entre sus libros más recientes se encuentra The Rise of Post Hegemonic Regionalism escrito junto con Pía Riggirozzi, en el que analizan las agendas que hoy motorizan la construcción de la región sudamericana. Actualmente, junto con Gordon Mace, Jean Philippe Therien y Olivier Dabene está preparando un libro sobre las cumbres presidenciales en diferentes regiones del mundo y procesos internacionales.
Diana es co-directora de la revista Global Governance, una de las más prestigiosas en la disciplina de Relaciones Internacionales.
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Asistente de Coordinación Académica
Biografía
Agustina Garino es Licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad del Salvador, candidata a Magister en Integración Latinoamericana por la Universidad Nacional de Tres de Febrero. Cursó seminarios de posgrado en la Universidad Degli Studi di Torino, y participó como voluntaria en varias organizaciones como RACI, Directorio Legislativo, ACNUR (Alto comisionado de la Naciones Unidas para los refugiados), y UNV (United Nations Volunteer). Participó en el grupo de investigación de la carrera de sociología de la UBA “Transformaciones urbanas y sociales en el barrio porteño Parque Donado-Holmberg: Intervención estatal y su impacto en la trama socio-urbana”
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Becario Doctoral
Candidato a Magíster en Relaciones Internacionales, FLACSO – Argentina.
Biografía
Dario Clemente es Doctorando en Ciencias Sociales en la Universidad de Buenos Aires con sede de trabajo en FLACSO, Argentina. Candidato a Magíster en Relaciones Internacionales (2017) por la FLACSO/Argentina, Magíster en Geografía (2014) por la Universidad de Leeds (UK), y licenciado en Relaciones Internacionales (2013) por la universidad de Milán (Italia). Becario Doctoral del CONICET. Actualmente se desempeña como ayudante de cátedra en FLACSO, UBA. Investiga el proyecto regional de Brasil en clave hegemónica, la Iniciativa de Infraestructura para la Región Sudamericana (IIRSA) y la internacionalización de las empresas brasileñas.
Publicaciones
Entre sus publicaciones se encuentran: “¿HACE FALTA SER LÍDER? Brasil y la expansión de las empresas “campeones nacionales” en Revista Chilena de Relaciones Internacionales, vol I (1): 101-126, enero-junio 2017; DOI: http://rchri.cl/articulo/hace-falta-ser-lider-brasil-y-la-expansion-de-las-empresas-campeones-nacionales/; ”El regionalismo post-hegemónico en perspectiva crítica: una mirada neogramsciana. Brasil, Venezuela y la opción contrahegemónica” en Observatorio Latinoamericano y Caribeño, vol I (1), Junio 2017″
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Investigador Asociado, Área de Relaciones Internacionales, FLACSO – Argentina.
Doctor en Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires (UBA)
Biografía:
Pablo Nemiña es Licenciado en Sociología y Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires. Investigador Asistente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), con sede en el Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad Nacional de San Martín. Investigador Asociado de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales – Argentina. Docente de grado y posgrado en la Universidad de Buenos Aires, la Universidad Nacional de San Martín, la FLACSO – Sede Argentina y la Universidad de Bologna.
Coautor de Neoliberalismo y Desendeudamiento. La relación Argentina – FMI (Capital Intelectual, Buenos Aires, 2007). Ha escrito diversos artículos y ponencias acerca del papel del FMI en las crisis financieras, las negociaciones entre ese organismo y los países en desarrollo, y las transformaciones recientes en la Economía Política Internacional y en Argentina.
Agenda de investigación
Entre los temas principales de interés se encuentran el rol del Fondo Monetario Internacional en las crisis financieras, las recientes transformaciones en la economía política internacional y el proceso de desarrollo económico de la Argentina, entre otros.
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Investigadora adjunta, Área de Relaciones Internacionales, FLACSO – Argentina.
Doctora en Ciencia Sociales por la Universidad de Buenos Aires.
Biografía
María Belén Herrero es Socióloga y Doctora en Ciencia Sociales (UBA). Se ha especializado en Epidemiología (UNC). Actualmente es Investigadora Asistente del CONICET en el Área de RRII de FLACSO Argentina. Participa en proyectos en el IIGG-UBA, en el CIECS y en la UNL. Co-coordina el Grupo de Trabajo de CLACSO “Salud Internacional y Soberanía sanitaria”. Ha sido investigadora en CEDES, consultora en la OPS, Ministerio de Salud de la Nación y docente en Salud Pública en la UBA.
Agenda de investigación
Sus temas de interés refieren a: salud internacional, integración regional, cooperación, determinación social de la salud, epidemiología social, políticas públicas.
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